Cloramicina

Inhibe la síntesis de proteína en la bacteria al unirse a la subunidad ribosomal 50S. El uso sistémico (IM, IV) del Cloranfenicol ha demostrado tener una alta capacidad de toxicidad ocasionando efectos potencialmente letales y muy serios de depresión de la producción de glóbulos rojos en la médula ósea y provocando así anemia aplástica.
Es un medicamento que ha sido muy efectivo para combatir la fiebre tifoidea, pero que con el advenimiento de nuevas drogas menos tóxicas su uso es cada vez más raro, excepto para su uso oftálmico en el que la absorción sistémica es mínima y que, por lo mismo, no tiene los efectos adversos mencionados para su administración parenteral.

Infecciones oculares superficiales debidas a staphiloccocus aureus, streptococcos, E. Coli, Haemophilus Influenzae, H, aegyptius, Haempophilus Ducrei, Klebsiella, Neisseria. Siempre debe recomendarse al usuario contactar al médico tratante si después de varios días del uso del medicamento no se observa ninguna respuesta terapéutica.

Hipersensibilidad a Cloranfenicol.
Ante la presencia de keratitis o infecciones causadas por varicela, micobacterias, y hongos.

También se contraindica su uso después de la remoción de cuerpos extraños.

Visión borrosa de carácter temporal, con sensación de escozor, quemazón, ojo rojo, irritación, edema y empeoramiento del dolor.

1 a 2 gotas aplicadas en saco oculopalpebral de dos a seis veces por día. La dosificación puede incrementarse a criterio médico y dependiendo de la severidad de la infección.

No olvidar el recordatorio al usuario de evitar el contacto del instilador con el área afectada.